Taiga, el azor



Hace poco he vuelto a ver este capítulo de El hombre y la tierra, donde se relata el proceso de captura de un azor salvaje y su "domesticación" durante una parte del invierno para, finalmente, volver a dejarlo en libertad antes de que migre al norte de Europa.
Todo el proceso se hace con cuidado de no dañar al animal, con respeto a su vida y a lo que representa, con el único fin de aprender y disfrutar de un ave increíble.
Es inevitable la comparación con la pesca y la filosofía del captura y suelta. Las sensaciones que relata Félix Rodríguez de la Fuente desde luego que son extrapolables a nuestra afición.

Comentarios

  1. Que razón tenéis. Grandes documentales aquellos, los recuerdo de niño con nostalgia. Tenemos que seguir inculcando el conservacionismo usando nuestra mejor arma; la pesca.

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    1. Desde luego Jose Antonio, lo tenemos en nuestras manos...

      saludos!

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