Días dispares

Nueva entrada con un par de jornadas un tanto dispares entre sí. La primera transcurría íntegramente a mosca seca en uno de los ríos de meseta que tengo más a mano. El viento ha sido una constante estos días y para pescar a seca todos sabemos que es un auténtico martirio.


Desde medio día varias moscas ya recorrían la superficie del río, destacando las Baetis rhodani y Baetis buceratus, aunque no les hacían demasiado caso. Comencé con una mosca tipo leptophlebido en un 16 y con el terminal en 0,14. Las primeras cebadas iban apareciendo por el río y no tardé en conseguir las primeras capturas. 

Las Paraleptophlebia submarginata comenzaron a aparecer en mayor cantidad siendo este el momento de mayor actividad, me permitió obtener varias hermosas capturas hasta que el viento comenzó a aumentar haciendo que los juramentos fueran también en aumento. Una pena porque las primeras horas de la tarde pintaban muy bien. Aun así satisfecho por el buen rato de disfrute.

La otra jornada tuvo como escenario las aguas del río Esla. Sus aguas frías nos recibían en un día soleado con una brisa tolerable, además el caudal era el idóneo para pescar a ninfa y a seca si se daba el caso. Desde primera hora la cantidad de plecópteros y tricopteros era sorprendente aunque las truchas hacían caso omiso a su presencia. 

En las zonas de corriente el trabajo de las ninfas resultaba infructuoso. Fuimos recorriendo el río aguas arriba tanteando corrientes sin ningún resultado pese a que la cantidad de mosca aumentaba por momentos (junto a los insectos antes citados comenzaron a aparecer Ecdyonurus, Rhithrogena gr. semicolorata, Epeorus y Baetis...). Realmente un espectáculo en cuanto a variedad de insectos que no en cuanto a actividad de las truchas.

Tricópteros de las especie Silo nigricornis, muy abundantes a primera hora descansando en la vegetación de ribera.

Muy abundantes también los plecópteros (Dinocras cephalotes)

Ejemplares de Epeorus sp. hicieron aparición en las horas centrales del día.

Junto con los Ecdyonurus sp. y los bétidos, estas Rhithrogena fueron  las que aparecieron en mayor proporción.

Ya que las corrientes no daban nada, salvo algún toque y un par de minitruchas valientes, nos fijamos en una tabla en la que en otros años se suelen poner varias grandes. 

Pues allí estaban, el tipo de cebaba sugería que se estaban alimentando de las emergencias de Rhithrogena y Baetis que es lo que discurría en ese momento por las zonas más lentas, haciendo caso nulo a los ejemplares alados. Jesús tuvo una oportunidad con un barón rojo pero la trucha se volvía a llevar la mosca en la boca como ya le ha pasado alguna vez en este escenario. 

Yo, tras probar con todo lo que pensaba que podían estar comiendo, opté por poner una pequeña ninfa en tándem. Las aguas cristalinas me permitieron ver un ejemplar varios metros delante de mí, lancé el conjunto y vi como se desplazaba hacía lo que había caído, se hundió la mosca y... ¡clavada! Momento superemocionante ya que no soy muy asiduo de este tipo de modalidad, emocionante pero efímero ya que cortó el sedal por encima de la ninfa, supongo que con los dientes, tras varios segundos de arreón... 

Una pena ya que habíamos tenido la oportunidad con dos grandes en un río que ya de por si estaba dando muy pocas opciones. Las truchas cesaron la actividad y nosotros hicimos lo propio ante la apatía de los peces. Para la próxima estaremos más preparadas e intentaremos ser más finos ya que se suele aprender más cuando se pierde que cuando se gana.