Otoño...


Solemos tener altas expectativas con la llegada del otoño y esa ansiada actividad arriba que tan escasa suele ser con los calores estivales. Quizá las jornadas puramente otoñales cada vez sean menos debido a estos veranos eternos ya que, a una semana de cierre de la temporada, las temperaturas están siendo más propias de finales de agosto o principios de septiembre. Aun así, tampoco es que tenga en alta estima estos compases finales de la temporada ya que nunca me han dado más que otros tramos de la temporada.

El día se presentaba bastante fresco con una niebla alta que por el momento impedía la entrada de los rayos del sol. El caudal era bastante bajo, muy vadeable prácticamente en cualquiera de las zonas así que decidí comenzar con un tandem de tricóptero y pequeño perdigón oliva. Por su parte; Jesús comenzaba intentándolo con las ninfas en las pocas corrientes existentes aunque rápido cambió a la seca al ver varias cebadas en las zonas paradas.

Estos tricópteros junto con muchas Leuctra, conocidas como moscas pitillo, amanecían ocultas en la vegetación de ribera
Tras un buen rato de pesca, aquellas cebadas de la tabla quedaron en anécdota mientras que yo no conseguía nada de nada pescando al agua. Fue en una pequeña corriente contra la orilla y bajo las ramas de los árboles donde conseguí la primera trucha del día con la caña de Jesús que amablemente me había prestado para unos lances con las ninfas.


Sobre las 12 de la mañana la niebla comenzó a despejarse y el sol, bastante fuerte todavía em en esta época a estas horas, empezó a calentar el ambiente. Esto sirvió para que algo de mosca se atreviera a eclosionar, la mayoría pequeños bétidos (posiblemente Baetis fuscatus) y algún que otro Ecdyonurus despistado.

Imago hembra de los bétidos que coparon la eclosión en las horas centrales del día en las tablas
Ecdyonurus sp. Se vieron muy pocos ejemplares eclosionando en las zonas más rápidas a la vez que los bétidos
Las truchas empezaron a comer tímidamente, la mayoría eran cebadas dispersas y que no volvían a repetir. Tras un par de subidas infructuosas y mucha insistencia Jesús conseguía levantar a una de estas truchas tan esquivas. Se hacía muy complicado obtener resultados con este comportamiento por parte de los peces.



Creo que la mayoría de las truchas que comían de esta manera eran muy pequeñas, como este ejemplar que conseguí clavar todavía no sé ni como ya que casi no le cabía la mosca en la boca. En otro par de ocasiones pude ver como estas pequeñas truchas atacaban la mosca que les presentaba.


Poco más duró la poquísima actividad, ante la falta absoluta de movimiento y ya un poco cansados de pescar al agua sin éxito decidimos ir a comer tranquilamente para intentarlo después de comer. El resultado igualmente en el rato de la tarde fue totalmente infructuoso, la poca cantidad de mosca y la nula actividad, ni arriba ni abajo, consiguió que nos rindiéramos y pusiéramos fin a esta jornada otoñal solo delatada por el amarillear de hojas de los árboles.

Comentarios

  1. De esos días hermosos, pero en los cuales los peces te dicen que matarile. Es lo que ocurre cuando se va a peces salvajes 😊

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    1. Es lo que hay con estos peces y a estas alturas, intentaré ir una vez más antes del cierre no sea que les de por comer. Un saludo Ferran!

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  2. Bueno lo importante es la salida al rio,y lo bien q se está en el,aunque fuese flojita la cosa no cambio la pesca de peces salvajesen un entorno natural por mil de pisci��

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    1. Pues sí Mikel, estar en el río y tener aunque solo sea una oportunidad con estas truchas ya merece la pena. Saludo!!

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  3. Ummmm...pues el que viene que voy estar en españa hasta fianles de octubre...este reportaje no m eva quitar el sueño.tengo contactos por todo leon.va ser cosa de elegir el rio o zona y.....ademas tener suerte.Se que por palencia el carrion ha sido una de cal y otra de arena.saludos

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    1. Que no te lo quite, esta época no es que sea una lotería pero casi. En el Carrión tienes toda la razón, días buenos y días que ni verlas. Un saludo!

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