Travesía por el desierto

Jornada de un día durito de los de agosto: calor sofocante ya desde las 10 de la mañana, ni una sola nube en el horizonte y un aire caliente que pesaba como si la gravedad terrestre hubiera aumentado de un día para otro. A nadie se lo ocurre salir a pesca en estas condiciones, pero es lo que hay.

Como al sereno no me iba a quedar decidí madrugar bastante y sobre las 7:30 ya estaba metido en el río observando tranquilamente las aguas en busca de algún movimiento. Lo cierto es que no son las mejores fechas ni condiciones para pescar estos tramos de peces ultrapinchados y resabiados pero pensé que pronto, con la fresca, les daría por tener algo más de actividad.

No fue así y únicamente conseguí ensalabrar esta preciosa trucha que sucumbió a la ninfa en una zona sombreada de corriente. Intenté pescar todo lo despacio que sé, colocando las ninfas por todos los rincones y zonas que a mi entender podían albergar truchas, pero nada en absoluto. En estas dos horas largas, que casi fueron como una contrarreloj antes de que el sol cogiera altura, solo había obtenido esa captura.

Eran las 10 y ya había que ir buscando la sombra. Llegué entonces al principio de un tablón parado donde confiada, comía una pequeña trucha, no sé el qué, porque no había nada de insecto por el río. Lancé una pequeña efémera en un 20 con un 0,10 kilométrico y subió sin pensárselo. La tabla era muy profunda y no podía adentrarme más así que salí hacia otra zona.

Tocaba una zona más movida. Pescando al agua con parachutes oscuros, también con alguna en CDC más claritacon sedas de verano, con una pequeña ninfa como lastre... Daba igual, no toqué absolutamente nada. Iba pescando a ratos y a ratos esperaba pacientemente en alguna sombra.


Ya bien sobrepasadas las 12 y tras aguantar estoicamente un buen trecho pescando al agua volví a encontrarme con un tramo lento donde, en la orilla contraria, se cebaba de forma constante una trucha que parecía buena a priori. Había algo de mosca por el río, poca, pequeños betidos entre ellos ejemplares de Centroptilum como el de la imagen, de un tamaño generoso comparado con sus parientes habituales de esta época.

Puse una mosca mayor que con la anterior trucha que se cebaba, montada en CDC en un 18 con dubbing de seda, ya no recuerdo si era el Gutermann 400 o el 580. La trucha comía con buena cadencia y yo estaba posicionado prácticamente perpendicular a ella, esperé a lanzar justo en uno de esos compases, no quería perder este pez porque la travesía por el desierto empezaba a ser dura. La mosca cayó perfecta, el bajo iba flojo lo justo para no generar dragado, un metro por encima de la trucha, deriva perfecta y... ¡glup! ¡A la primera!

Este machete joven de cabeza afilada, de menor tamaño de lo esperado, me dio una tremenda alegría ya que empezaba a ponerse difícil la cosa, un pez realmente valioso ya no por su tamaño si no por como se estaba desarrollando la jornada. Era momento de ir a comer algo y beber, sobre todo beber, algo fresco a la sombra. 

Tras un buen rato de relax me lancé de nuevo a buscar algo por las aguas. Estaban siendo los peores momentos del día, es probable que se superaran los 35ºC muy fácilmente, así que me fui directamente a una tabla en la que la sombra ayudaba un poco. De nuevo pescando al agua despacio, buscando por las orillas, a ratos solo a seca y a ratos con una pequeña ninfa en tandem pero nada de nada, absolutamente cero actividad. De vez en cuando se veía algún pez en estas cristalinas aguas pero no atendían a imitación alguna, solo se movían cuando prácticamente estabas a punto de pisarles por lo que después de un buen rato en este plan decidí recoger los trastos y volver a casa, que todavía me daba tiempo para un buen rato de piscina.

Comentarios

  1. Pues despues de todo no te fue mal.Lo curioso es el poco caudal en el Orbigo en esa zona en agosto cuando no cerraron hasta Septiembre y aun asi en septiembre parecia tener mas caudal que el de la foto.Mucho calor para mi lo cual no seria un problema compensado con buena pesca.un saludo amigo.

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  2. Sí, muy poco caudal y mucho sol. Estaba muy muy complicada la cosa pero bueno, al final hubo suerte y pude engañar a alguna... Gracias Alberto, un saludo.

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