Primer día

Una nueva temporada de pesca ha comenzado hace apenas un mes y por lo general, por lo que he leído y me han contado compañeros, la gente está teniendo buenas jornadas de pesca. Yo únicamente he podido salir 3 días a pescar y bueno, lo voy a dejar en un aprobado ya que solo he tenido un día realmente satisfactorio en cuanto a capturas se refiere.

Inaugurábamos la temporada Jesús y yo en León el primer domingo con las expectativas altas, no era el primer día como nos gusta pero el día pintaba bien, con buen tiempo primaveral y un caudal de río perfecto para una apertura aunque con aguas muy frías.

El río pintaba muy bien como digo para buscar posturas con el dúo de ninfas pero nos costó bastante trabajo mover las primeras. Jesús clavaba una muy buena trucha en la vena de una gran tabla pero la perdía poco antes de meterla en la sacadera. Fuimos recorriendo el río por la orilla, además de para entrar en calor, para buscar buenas tiradas de ninfa. 

Nos situamos en una zona donde podíamos pescar los dos tranquilamente varias posturas. En este punto las aguas presentaban un aspecto bastante turbulento por lo que el peso se hacía indispensable. Jesús de nuevo clavaba varias truchas más, alguna muy buena pero incomprensiblemente se le fueron todas sin llegar a la sacadera. Después de los obligados y comprensibles juramentos, y de que un servidor no hubiera rascado bola, volvimos dirección al coche para tocar de nuevo algunos sitios ya pescados.

Se notaba más calor en el ambiente y al poco de situarme en la primera tirada donde estuvimos por la mañana conseguía, por fin, una trucha que inauguraba el marcador. Curiosamente venía prendida del carrillo por fuera, señal de que no estaban comiendo muy confiadas y de ahí tanta pérdida de peces. Antes de ir a comer cambiaba la suerte y Jesús también conseguía dos truchas seguidas bastante majas.

Tras una comida relajada a pie de río con una temperatura espectacular, y tras ver alguna cebada dispersa en la tabla, volvimos a intentarlo. Jesús subió aguas arriba con las ninfas, donde habían estado unos pescadores antes, y yo me quedé en la tabla del coche para intentar engañar a alguna trucha arriba cosa que no conseguí ya que tanto la actividad como la aparición de mosca fue muy escasa. Apenas alguna B. rhodani se dejaba ver junto a los Epeorus torrentium típicos de estas fechas. Subí entonces hacia arriba para encontrarme con Jesús que había corrido la mismo suerte, muy pescado todo este tramo durante todo el día pero aún así pude engañar a la segunda vez a una trucha que se tiró a por las ninfas como una loca.

Con esto pusimos punto y final a un día entretenido y muy primaveral en un agradable reencuentro con el río.