Orillas del Asón (1ª parte)

Otro año más y otra primavera que tocaba visitar el río Asón. En esta ocasión tuvimos la oportunidad de poder coger Laza y hasta Gibaja nos desplazamos para pasar el fin de semana pescando este hermoso río.

Llegamos el viernes por la tarde a la casa y antes de dejar nada nos acercamos al río a ver que tal nos iba a pintar a nosotros. Un Asón bastante bajo, apenas 4 m3, pero con muy buenas posturas para trucha. Tablas, corrientes de diferentes velocidades y pozos parecían esperarnos para el día siguiente.

Debido a la cercanía de la casa, a las 7:15 ya estábamos en el río. Muy nublado pero la temperatura no era demasiado mala por lo que hacía suponer que habría movimiento, sobre todo abajo. Así fue como empezamos, uno a cucharilla y los otros dos a ninfa, las capturas no se hicieron esperar. A los pocos minutos de los primeros lances salía en primer reo a cucharilla y la primera trucha a ninfa, ambos de buena talla y con mucha fuerza.

Ya los tres con el equipo de ninfa se seguían tocando peces, de diferentes tamaños pero todos con un vigor impresionante. Pescando en la vena del Molino, Sergio consiguió clavar un reo de buenísima talla con las ninfas pesadas el cual nos costó bastante llevar a la sacadera de mano. Llegando al medio día observamos que había una pequeña eclosión de efémeras claras pequeñas y que, curiosamente, solo las tomaban en zonas de corriente. Por supuesto intentamos engañar a alguna ya que la probabilidad de hacerlas subir en estas aguas es mayor a la de las tablas paradas, donde resulta realmente complicado levantar truchas en este río. No tuvimos suerte en ese sentido y no fuimos capaces que poner la mosca como ellas querían, pero con buen sabor de boca decidimos poner punto y aparte a la jornada e irnos a comer.

Por la tarde, con condiciones parecidas y algo de orbayo a ratos, comenzamos de nuevo a ninfa, se seguían moviendo los peces, incluso Jesús llegó a sacar dos esguines con la ninfa, los cuales fueron devueltos al agua con el mayor cuidado posible.  

Al apreciar que comenzaba una buena eclosión de las mismas efémeras de la mañana y alguna amarilla, cambiamos a seca y nos dispusimos a intentar clavar en superficie alguna de estas esquivas truchas. Tras varios fallos y subidas francas que no supimos aprovechar conseguimos nuestras primeras capturas a mosca en este río, truchas pequeñas y un pinto con unos colores espectaculares, pero que sobrepasaron de sobra nuestras expectativas para este río.

Poco más de sí dio la jornada. Al final de la tarde el frío del agua se metía en los huesos y no había quién aguantara dentro, decidimos recoger tranquilamente y disfrutar del resto del sábado comentando la jugada, viendo la Champions y preparando la minijornada en Arredondo del domingo.