Río Carrión. Parte 1

Hacía ya bastante tiempo que no nos acercabamos a aguas palentinas, pero nos surgió la oportunidad de poder pescar el Escenario Deportivo Social del Carrión entre semana y no dudamos ya que en esta época, generalmente, se porta bien con los pescadores de mosca.

Este mítico río nos recibía con un buen caudal, algo más alto durante estos días debido a los desembalses. También nos recibía con viento en un día muy poco caluroso para lo que llevamos de verano. Con un caudal idóneo para poder pescarlo en cualquier modalidad, tanto Jesús como yo nos decantamos por la mosca seca desde el principio, sin duda el Carrión es mosquero 100%.

Entramos al río los dos juntos, pescando donde se podía los dos a la vez. A media mañana había que buscarlas en las orillas, en las corrientes que bordean o que incluso pasan por debajo de las ramas de los árboles. Los segundos que la mosca aguantaba en los pequeños remansos que dejan estas corrientes daban buenas sorpresas en forma de ataques relámpago.

Según iba pasando el día las truchas se iban situando en zonas más despejadas aunque las buenas piezas seguramente se mantuvieron en esas posturas. Por la tarde la actividad fue claramente mayor, levantando, revolcando y fallando muchas truchas, además yendo los dos a la vez uno se divierte mucho pescando a mosca.

Al final de la tarde, volviendo al coche para recoger, tanteamos alguna corriente con las ninfas e igualmente las truchas respondieron. Apenas en el segundo lance una trucha me llevó las dos ninfas rompiendo por la unión del 10 (fácil que el hilo o el nudo estuvieran como un churro). Puse entonces una única ninfa algo más pesada y deje el 12 tal y como estaba con la suerte de poder engañar varias bravas truchas en un espacio relativamente pequeño de río.

Un magnífico día en nuestro reencuentro con el Carrión. El río respondió bastante bien aunque se notaba que estaban durillas, sobre todo en las zonas más lentas donde prácticamente no se fiaban de nada.