Eclosión sorpresa

Visita veraniega al río Órbigo, en concreto al Escenario Deportivo Social de Carrizo de la Ribera. Tras cuatro años sin visitarlo y al ver que no estaba muy difícil conseguir un permiso decidí hacer una visita a este siempre interesante tramo.

El río en este EDS es bastante lento en general con muchas tablas, y tablones, ideales para pescar a seca. Por el contrario, las tiradas de ninfa en esta época veraniega quedan condicionas por el poco caudal aunque siempre son una opción interesante.

Comencé pescando a ninfa en un par de puntos que tenía próximos al coche con perdigones con tonos cobre que generalmente van bastante bien en las aguas de este río. Estaban perezosas en estos primeros instantes de la mañana aunque finalmente logré conseguir la primera del día en una picada decidida a la entrada de una corriente. Una par de truchas más logré llevar a la mano junto varias revolcadas, un pobre resultado sin duda tras dos horas y media de pesca.

En una de las tablas lentas de camino al coche pude ver varios ejemplares de buen tamaño así que no dudé de lanzarles las ninfas a ver que pasaba. La mayoría ni se inmutaban, estaban cerca de la orilla y mi presencia no les perturbaba en absoluto, lo único que hacían era apartarse de la trayectoria de las imitaciones, quizá muy acostumbradas ya a estas situaciones con los pescadores que pasan por allí. Sin embargo, en uno de estos lances salió de la nada una que tendría 40 cm y se tiró a por el perdigón sin dudarlo, me precipité en el cachete y pronto me di cuenta de que no estaba bien clavada; al intentar forzar un poco la situación e intentar ensalabrarla se soltó a un metro de la sacadera. Cosas que pasan.

No es nada raro ver corzos por estas zonas a primera hora de la mañana.

Tras reponer fuerzas afronté la tarde pescando a seca exclusivamente ya que de vuelta al coche me percaté de varias tímidas cebadas motivadas seguramente por una incipiente eclosión que a la postre me salvaría la tarde.

La eclosión comenzó titubeante, las pequeñas efémeras claras levantaban el vuelvo desde la superficie sirviendo esto para detectar ya las primeras cebadas. Lancé mi mosca sobre la primera que tenía al alcance y primera captura. Quizá fue suerte porque las siguientes no me lo pusieron nada fácil. Pese a la buena aparición de mosca la actividad arriba no fue acorde pero me sirvió para estar entretenido varias horas. Muchos rechazos, muchas revolcadas, muchos fallos en la clavada y alguna que me llegó a la mano. Sin duda una tarde de las que el tiempo pasa volando metido en el río.

Prácticamente no cambié de mosca, fueron las pequeñas efémeras claras en CDC las que mejor resultado me dieron. Las utilicé por igual tanto en tablas como en zonas más rápidas donde he de decir que me costaba bastante verla por lo que fallé muchas subidas. Se pudieron ver principalmente B. fuscatus y S. ignita junto con algún individuo de A. muticus. 

Subimago hembra de Baetis fuscatus, identificada gracias a la presencia de machos con sus llamativos ojos amarillos.

También se vieron algunos ejemplares de Alainites muticus, como este ejemplar macho.

La tarde estuvo bastante nublada y sin apenas viento con una temperatura ideal para las fechas en las que estamos; quizá estas condiciones favorecieron la aparición de esta abundante eclosión que, presumiblemente, daría pie a un buen sereno al que no me quedé tras un agotador día.

Día satisfactorio en mi reencuentro con este escenario y una suerte haber podido disfrutar de una tarde tan entretenida pescando arriba como en los mejores momentos de la temporada.