Repetimos

Dos semanas después del comienzo de temporada volvimos a acercarnos al Cega. El río nos recibía con temperaturas bastante más benignas que entonces y con un caudal algo más alto debido a los deshielos de la Sierra. Un entorno precioso de cortados y praderas, poblado por importantes masas de enebro mezclado con encina. Es tal su valor ecológico que está catalogado como Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) dentro de la Red Natura 2000.

Ya que la zona nos pilla relativamente cerca, no hace falta madrugar mucho. Comenzaríamos a pescar sobre las 10:30 y prácticamente en el primer lance ya teníamos la primera trucha en la sacadera. Entró a la ninfa aguas abajo con energía, realizando varios saltos fuera del agua.

Trucha con herida bien curada fruto del ataque de alguna garza

Continuamos recorriendo el río y nos encontramos a muchos pescadores algunos con cucharilla, otros con ahogada y otros a ninfa. En definitiva variedad de modalidades que mientras que se cumpla con la normativa no sirven más que para enriquecer esta afición. Antes de comer aun pudimos engañar a varias truchas más, incluso una de ella le rompió el bajo a mi compañero Sergio, una gran trucha superviviente en este tramo que siempre ha sido con muerte hasta el cambio de Ley.

Después de comer decidimos movernos a otra zona del río, algo más complicada de pescar, pero igual de bonita. Seguimos sacando truchas autóctonas muy sanas y de tamaños variados, lo que hace pensar que este río goza de buena salud a pesar de los problemas que experimenta su caudal en verano. Aun así, desde luego que el cambio de la Ley le ha hecho mucho bien a este río.